Llegamos hasta un punto, en donde nos enfrentamos a un gran obstáculo y es aquí en donde muchos renuncian y se despiden de sus metas.
Alguien dijo que alcanzar una meta sin obstáculos era suerte. Pero ni suerte es, es ilusión. Para alcanzar algo debes dar algo a cambio y aprender de ello.
Ese dar algo a cambio significa sacrificio. Este año que empieza, debes saber a que te debes sacrificar para lograr tus propósitos. Quizás sea estudiar los sábados y domingos, dejar un encuentro de amigos, dedicarte a algo difícil, entre otras. También implica renunciar a algo, como dejar de tomar o emborracharse, dejar la pereza, en fín.
El aprender algo nuevo, para lograr las metas se hace a través de la superación de los obstáculos.
Si una meta no tiene obstáculos, no es meta. Ahí no se aprenderá nada y nada será valioso para ser exitoso.
Debes ponerte la armadura sólida de la constancia y si es necesario golpear el obstáculo (metáfora) hasta que este se derrumbe o puedas avanzar y conseguir tu objetivo.
Levántate cada vez que caigas, saca fuerza de tí y empuña nuevamente tu ánimo hasta poder cumplir tus propósitos. El primer "no" que no puedes aceptar es tu propia negación a seguir en la lucha.
¡Qué estás cansado!, el cansancio tiene un componente psicológico. Hasta más allá de lo que tu cuerpo pueda soportar, lo puedes lograr si te propones superarte a tí mismo.
Ponte una meta de superar alguna limitación personal y trabaja todos los días hasta conseguir lo imposible. No te rindas, los problemas de hoy, serán aprendizajes y experiencias que te harán más fuerte para el mañana. No dejes la pelea, aguanta hasta el último round.
Escucha música que te levante el ánimo, evita la que te deprime. Lee aquello que alimenta tu espíritu de ganas de salir adelante y evita aquellos que te sumergen en el fracaso. Evita a las personas que te califican como mediocre y hazte amigos que te valoran por lo que eres. Encuéntrate a tí mismo, y descubra todo lo que puedes lograr.
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