Somos más de aquello que pensamos de nosotros mismos, que de otra cosa. Y esa autoimagen está impregnada de los comentarios de los demás sobre nosotros mismos, de nuestros sueños, de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestra forma de pensar o creer y de las personas que buscamos copiar.
Las sensaciones de ser "YO", es un producto de este cúmulo. Entonces, si nos sentimos mal, debemos cambiar de perspectiva que tengamos sobre nosotros.
Las imágenes que auto-asumimos, deben ser sumamente agradables, llenas de felicidad, de victoria y otras que sean estimulantes para el emprendimiento y la gloria. No es aconsejable sumergirnos en el dolor del pasado, en las derrotas, en los fracasos, en los obstáculos, ya que esto nos lleva a la depresión y a la frustración.
Cierra tus oídos a conceptos negativos que te dicen sobre tí. Piensa mejor en tus proyectos a futuro y busca imaginar el cómo se pueden cumplir de forma concreta lo que te propones.
Ya no veas a los fracasos, como un dolor de cabeza, sino como experiencias para aprender y ser mejor.
Ya no veas a los problemas como un enemigo, sino como una oportunidad para innovar y para desarrollar al máximo tus capacidades.
Ya no veas a los obstáculos como gigantes enemigos que no te dejan triunfar, sino como maestros que te pulen y te perfilan para que seas el mejor.
Ya no te quejes, piensa en hacer las cosas de forma diferente. Aprovecha lo que sale mal a tu favor, reinvierte las dificultades y transfórmalas en oportunidades.
Eres el dueño de las perspectivas que tengas de las cosas y de tí mismo. Por lo tanto, el dueño del triunfo eres tú mismo, eres tú el obstáculo si así lo quieres. Cambia tu forma de ver las cosas y serás tan grande como nunca lo creíste.
Estás a un paso, sólo cambia de perspectiva. Ya que el éxito no es la meta, sino el proceso y la sensación de ir tras tus objetivos más altos. Busca mejorar continuamente.
Tener dinero no es el éxito, el saber cómo conseguirlo si lo es. La fama no es el éxito, sino que los demás aprendan a ser grandes gracias a tí, si lo es. El poder no es el éxito, pero el aprender el cómo funcionan las cosas y ponerlas a trabajar a mi favor, ese si es el éxito.
El éxito es superior, no es simplemente llegar a un lugar. Por lo tanto el éxito no es la meta, es lograr la meta y obtener una serie de experiencias y aprendizajes que te permiten seguir avanzando constantemente. Es algo que se vive y se siente.
Además, no hay metas finales, siempre habrá otra y otra más superior. Por lo tanto, inicia el camino hacia tu objetivo y tendrás éxito cuando lo sientas en tí.
Este cambio de perspectiva mejora las emociones sobre tí mismo, aumenta la autoestima y te prepara para cualquier reto. Siempre debes estar mejorando contínuamente, así tu personalidad será cada vez más sólida y estarás siempre con una gran auto-seguridad al máximo.
